SOM FORNERS DE FAMILIA FORNERA
La historia de nuestro horno comenzó hace mucho tiempo en Xàtiva con Miguel.
Miguel Mengual Martínez era un panadero que se dedicaba a hacer rosquillas y bambas que cocía en un horno de Novetlè. Luego fue con su bicicleta para venderlos a los viajeros que pasaron por las estaciones de la ciudad. Tanto que la gente lo conocía como Miguel el Rosquillero.
Después de un tiempo, Miguel El Rosquillero se estableció en la ciudad de Llanera de Ranes, junto a Xàtiva, con sus dos hijos, Miguel y Paco.
Paco continuó en el horno de Llanera y Miguel, cuando se casó, se mudó al pueblo vecino de Rotglà I Corberà. Allí, Miguel Mengual Solves e Irene Parra Tolosa llevarían el horno de Miguel e Irene con gran dedicación. las monas tendrían una gran fama, que venían de otros pueblos para comprarlas. Hacia el año 1965 abrió su propio horno de pan. Continuó haciendo las rosquilletas tradicionales de su padre y comenzó a hacer pan para la venta diaria del negocio. Es en este horno que Irene, la hija de Miguel, comenzó a trabajar y aprendió el oficio de pan.
Algún tiempo después, Irene se casó con Federico y juntos buscaron un pueblo para establecer y abrir su propio negocio.
Entonces, buscando el lugar correcto, encontraron un horno que se trasladaba en Banyeres de Mariola y allí decidieron quedarse.
En 1986 abrió el actual horno de pan Federico en Banyeres de Mariola. Ambos fueron responsables de hacer los cambios necesarios para la modernización del horno y la mejora de los productos. Puede ser, la inversión más importante fue en 1999, cuando incorporaron las nuevas cámaras de fermentación controladas. De esta manera, el trabajo podría hacerse «de día» gracias a la lenta fermentación que ofrecían estas cámaras y la mejor preservación de la materia prima dentro de estas.
INNOVACIÓ I TRADICIÓ DE LA MÀ
Cuando el hijo de Irene y Federico, Federico, cumplió su mayoría de edad, se unió al negocio familiar. Él es quien, después de realizar varios cursos de capacitación, propone en 2012 incorporar la masa madre en todos los panes que se realizan en el horno, viendo las propiedades que aporta tanto en calidad como en sabor. También aplicaron una reducción significativa en la sal al pan que hicieron, ya que la masa madre no pudo y con su gusto no necesitaba. Por lo tanto, cuando las regulaciones entraron en vigor con respecto a la cantidad de sal que el pan debe traer, no tuvimos que hacer ningún cambio, porque ya estábamos por debajo del mínimo recomendado.
Actualmente son tres quienes dirigen este negocio.
Como ha leído la herencia de la panadería, proviene de esta casa, por lo que si desea probar nuestros productos caseros, no deja de visitarnos.
¿Te quedará sin probar las famosas rosquilletas de Miguel?
¡Te esperamos!